BLOG DE CULTO EN RECONOCIMIENTO A MANUEL ALBERTO GAMBOA SOTO. SI, AL “GATO” GAMBOA. PERIODISTA DEDICADO POR MAS DE SEIS DÉCADAS AL PERIODISMO...NUESTRO QUERIDO “GATO" GAMBOA.

martes, 24 de agosto de 2010

GATO GAMBOA : UN GOL DE MEDIA CANCHA

Las callecitas bucólicas de la comuna de Providencia, en las década del veinte y el treinta del siglo pasado, eran tranquilas y polvorientas. A lo más con adoquines en las laterales de la avenida principal, que llegaba hasta el canal San Carlos, en Tobalaba. De ahí para arriba, lo que hoy es Apoquindo, los terrenos eran parcelas y puro campo.En aquel pretérito y tranquilo barrio, de buen aire y muchos árboles, jugaba con sus amigos un chico de baja estatura, vivaz, de ojos verdes y felinos, de mirada picarona, ‘pelusón’ y bueno para la pelota.Su mamá lo peinaba con un pequeño moño sobre la frente y el pelo bien corto. Así nació el mítico apodo de “Gato”, que le puso un compañero de curso del primero de humanidades (hoy séptimo año) en el Liceo Lastarria, cuando tenía doce años, dejando en segundo plano su nombre, Alberto, y sus apellidos, Gamboa Soto.Hoy, a los 88 años, el popular “Gato” Gamboa ya no juega fútbol. Lo ve por televisión, pero sigue caminando por su nueva comuna, Ñuñoa, donde vive, y por las calles del centro de Santiago, cuando se junta con sus amigos a tomar un café o a almorzar.El jueves 6 de mayo pasado lanzó su libro “Un viaje por el infierno”, escrito a comienzos de los ochenta y que apareció en 1984 en cuatro tomos junto a la desaparecida Revista Hoy, en la que volvió al periodismo luego de haber sido preso político y tras realizar diferentes labores ajenas a su talento y vocación para poder sobrevivir.
A la Revista Hoy retornó para hacer periodismo deportivo, recordando viejos tiempos, pues sus primeros artículos en este oficio fueron justamente deportivos, cuando estudiaba Historia y Geografía en la Universidad de Chile, carrera que era impartida en el viejo Pedagógico.“Como estudiante era un buen alumno. Lo demostré en el liceo y en la universidad. Además escribía bien, por eso me entregaron la responsabilidad de hacer el diario mural. Con unos compañeros escribíamos de un cuanto hay, hasta que un día un profesor me ofreció colaborar en un diario durante los fines de semana para cubrir deportes. Dije al tiro que sí, junto a tres compañeros. Al final quedé yo y no paré más hasta ahora”, rememora el “Gato”, quien tiene dos hijos, Víctor Alberto, ex marino y ahora karateca, y José Antonio, productor de eventos, quien recién le dio un nieto, Agustín, de un mes y medio, y el cual le dejó el libro con una dedicatoria que sólo su hijo menor conoce.El “Gato” fue durante doce años el director del diario Clarín, un tabloide de corte popular y que llevó siempre la bandera de Salvador Allende en su mástil, hasta el Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973.
De cabellera frondosa y blanca, al igual que sus bigotes y barba cuidada, Gamboa se sienta cómodamente en el living de su casa DFL2 de calle Bremen, en Ñuñoa. Mira hacia arriba y va recordando sus primeros pasos como reportero.“Me mandaban a hacer partidos de equipos chicos. Salía a reportear en micro, y sólo si partía con un fotógrafo nos íbamos en auto, pero eso era muy raro. A los editores les llamaron la atención mis notas, que más que técnicas eran humanas. Es decir, tocaba el corazón de los jugadores cuando ganaban o perdían. Eso me hizo pasar a la sección policial, donde hablaba con los familiares y amigos de las víctimas, lo que al público le gustaba”, explica con la misma claridad con la cual aún escribe.Lo que más le agradaba cubrir a Gamboa en el deporte era el boxeo, en una época de los cuarenta a los sesenta, cuando Chile tuvo grandes púgiles, como Arturo Godoy, quien peló dos veces por el título mundial de los pesados, y ‘Fernandito’, Antonio Fernández.“Me gustaba mucho el boxeo, porque en ese tiempo había del bueno. Me hice muy amigo de ‘Fernandito’. Salíamos con amigos a cenar y lo pasábamos muy rebién. Él era muy conocido, y muy respetado en Chile y en toda Sudamérica. En el boxeo había muy buen material para el periodismo, y por eso yo le sacaba el jugo a cada historia”, expresa ganoso el “Gato”.El único deporte que practicó el periodista fue el fútbol. En el Lastarria y en la universidad jugaba de half right O mediocampista derecho.“Era bueno para la pelota, y llegué a jugar en la cuarta especial (juveniles) de la Universidad de Chile cuando estudiaba en esa casa de estudios. En mi posición más de una vez intenté meter un gol de media cancha, aunque en la vida hice muchos...”, y revienta en risas, recordando más de alguna diablura que protagonizó en sus comienzos de reportero y cuando estuvo detenido en Chacabuco, donde también fue el encargado del diario mural, ocasión en la que escribía las novedades y noticias del campo de prisioneros de su puño y letra, para hacer menos triste la estadía en medio del desierto en la Segunda Región.
En su libro habla de los partidos de fútbol que jugaban los prisioneros para entretenerse.“Había dos pelotas y dos canchas, por lo que estaba prohibido jugar por alto y con bote, porque si la pelota sobrepasaba la reja de tres metros, caía al campo minado que rodeaba la prisión”, recuerda, agregando que los resultados de la competencia los escribía luego de forma entretenida y jocosa, con titulares como los que le hicieron famoso en Clarín y en el Fortín Mapocho.“Antes de llegar a Chacabuco estuve en el Estadio Nacional, el mismo lugar en el que había reporteando muchas veces. En septiembre de 1973 llegué y me crucé con algunos de mis entrevistados, como Carlos Caszely. Lo único que atinábamos a decirnos era suerte”, comenta con algo de tristeza, ya que en el Nacional sufrió torturas corporales, algo de lo que no habla.
En la portada de su libro aparece tal cual es hoy, con la misma mirada con que lo retratan sus amigos de antaño y de prisión. Con esa mirada profunda se sentaba a tomar el sol junto a sus compañeros en las tribunas del Estadio Nacional cuando salían de los fríos y oscuros camarines.La mirada se proyectaba al centro de la cancha, como recordando sus años de futbolista, o las estampas de sus ídolos de Colo Colo o cuando intentó hacer más de alguna vez un gol de media cancha.
(Texto escrito por Juan E. Lastra)

miércoles, 19 de mayo de 2010

UN VIAJE POR EL INFIERNO

“Un testimonio, una escritura de la memoria”, así califica Jorge Montealegre “Un viaje por el infierno”, del periodista Alberto “Gato”Gamboa, libro que tuvo su re-lanzamiento el 6 de mayo por Editorial Forja.
Un “reportaje, crónica, autobiografía” con historia: las vivencias del periodista y sus compañeros en su paso por el Estadio Nacional y Chacabuco, que llegan a nuestras manos gracias a que el protagonista pudo regresar para contarlo.
El momento de la primera publicación hace 26 años en cuatro tomos, tiene un valor adicional. Este libro apareció por entregas semanales en agosto y septiembre de 1984, cuando la revista “Hoy” editó la serie “Testimonios”, en un momento político difícil.
“Alberto Gamboa aportó su humor, su bonhomía, su sentimentalismo. Su espíritu amistoso y pícaro. Su capacidad para llegar a la gente sencilla. Su habilidad política”, señala Jorge Montealegre, quien recorrió los mismos lugares por los que pasó el “Gato” Gamboa.
Tuvieron que pasar 26 años para que estas memorias fueran editadas y para que este libro contribuya a la verdad.
Fue así como ante un numeroso público compuesto de periodistas, amigos, algunos de sus compañeros de prisión y familiares, Alberto “Gato” Gamboa presentó su libro Un viaje por el Infierno que cuenta las vivencias de los años que estuvo prisionero en el Estadio Nacional y Chacabuco. Editorial Forja reeditó esta historia que fue publicada en cuatro tomos en 1984 por la revista Hoy. Jorge Montealegre, poeta y periodista, fue el primero en referirse al libro de Gamboa, señalando que “me siento parte de su historia”, porque él recorrió los mismos lugares y recordó que en Chacabuco le publicaron sus primeras poesías, recibió su primera distinción y le hicieron la primera entrevista que fue publicada en el diario mural que tenían en el recinto.
“Alberto‘Gato‘ Gamboa es un personaje que pertenece a la historia del periodismo”, dijo Alejandro Guillier, conductor de Televisión Nacional, al iniciar su intervención durante el lanzamiento que se desarrolló en el Café Literario de Providencia. En un lenguaje muy coloquial recordó la trayectoria de Gamboa, especialmente destacando su creatividad para los titulares tanto en el Clarín, como en Fortín Mapocho y La Cuarta. ”El gato es un maestro”, dijo Guillier quien recordó que lo conoció precisamente en la Revista Hoy cuando escribió esta historia “en un clóset”, que fue “el primer testimonio de un prisionero” y un libro que le abrió los ojos a los chilenos.
Por su parte, el autor agradeció a todos los presentes y señaló que este libro se lo dedicaba a las futuras generaciones y graficó esto entregándoselo a su hijo para que se lo guardara a su nieto, de escasos meses, para que conociera la historia de su abuelo.Esta novela extraída de la vida real, no es un largo lamento, ni siquiera una denuncia. Tiene mucho de ternura, solidaridad, humor, valentía y se puede encontrar hasta un mensaje de esperanza.

viernes, 9 de abril de 2010

El Gato Gamboa en la DIBAM

Hoy he recibido con mucha alegría una nota del equipo de Contenidos Locales del Programa BiblioRedes de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam).
En ella además de los parabienes y felicitaciones, se me comunica que este humilde blog es de gran importancia pues en el se reconoce el valor que tiene la Cultura de nuestro país y en este caso, encarnado en el periodista Alberto ‘Gato’ Gamboa.
"Por lo mismo y reconociendo la importancia de su blog, lo invitamos a formar parte de nuestra comunidad virtual http://www.contenidoslocales.cl/, que es una vía de expresión que permite mostrar y difundir el patrimonio, cultura, atractivos turísticos y tradiciones de nuestro país." Son las palabras finales de esta nota que me enorgullece como bloguero y me demuestra que mi trabajo virtual no ha sido en vano.
Alberto Gato Gamboa ya conoce de este reconocimiento y a través mío entrega sus saludos afectuosos.
Podrán entonces ahora disfrutar de su blog directamente en :