BLOG DE CULTO EN RECONOCIMIENTO A MANUEL ALBERTO GAMBOA SOTO. SI, AL “GATO” GAMBOA. PERIODISTA DEDICADO POR MAS DE SEIS DÉCADAS AL PERIODISMO...NUESTRO QUERIDO “GATO" GAMBOA.

jueves, 5 de julio de 2007

VIAJE POR EL INFIERNO - Jorge Bravo T.


Hoy por la mañana en internet me encuentro con este relato-extracto muy interesante escrito por el abogado Jorge Bravo Tesseo en su blog personal lineadeflotacion.blogspot.com y que presento a Uds.


En los años 60, “Clarín" tenía, entre lunes y viernes, un tiraje superior a “El Mercurio” y “La Tercera”. El gancho con el público eran sus titulares.

Alberto Gamboa, además de Director, era el encargado de la diagramación de la primera página. Su ingenio y simpatía, era un factor decisivo a la hora de las ventas, que se manifestaba, además, en otra sección del periódico. Entonces, Alberto Gamboa se transformaba en el “Profesor Jean d’ Fremisse”, el más popular y audaz de los consejeros sentimentales de su tiempo, precursor y maestro del “Rumpy”, el “Chacotero Sentimental”.
Alberto Fuguet dedicó su novela “Tinta Roja” a Alberto Gamboa.
El narrador, estudiante de periodismo, si hubiese hecho su práctica en “Clarín”, no habría extrañado el clima o la atmósfera informal que se respiraba en este diario. Los personajes de la novela bien pudieron ser periodistas de “Clarín”, en una época que esta actividad no se aprendía en las Universidades, sino en la práctica diaria.
Después del golpe militar, Alberto Gamboa fue detenido y sometido a crueles torturas, primero en el Estadio Nacional y luego en el campo de concentración de “Chacabuco”. El odio acumulado en su contra fue demasiado, desproporcionado e injusto.
Para narrar esta historia, Alberto Gamboa escribió un libro testimonial estremecedor, cuyo título recuerda otro de Rimbaud: “Un Viaje por el Infierno”. Este libro, en cuatro tomos, fue distribuido por el recordado diario “La Epoca”.
En un capítulo del libro, Gamboa cuenta que, como consecuencia de querellas deducidas en su contra, después de su detención, por ex parlamentarios de derecha, la Corte de Apelaciones de Santiago remitió a Antofagasta, tres exhortos, por lo que los militares tuvieron que llevarlo al Tribunal en otras tantas oportunidades, para que prestara la declaración requerida.
El primero de estos viajes causó inquietud entre los prisioneros, puesto que nunca un detenido sacado en estas condiciones había regresado vivo al campo. Por una extraña razón, los prisioneros siempre trataban de escapar, aunque siempre eran trasladados de pies y manos y con guardias armados apuntándolos. Lo raro es que no se trataba de casos de fuga individual, sino siempre era todo el grupo el que intentaba la fuga, aunque en ocasiones, nunca hubieren hablado entre ellos. En estos casos, la patrulla a cargo no tenía otro remedio que ajusticiarlos.
“En el cruce de la Panamericana con el camino a Calama, la camioneta se detuvo en el Servicentro “El Oasis”. Se bajaron el Teniente, su ayudante y el chofer y se dirigieron al Restaurante,, mientras el bombero ponía bencina, aceite y agua. “Fue entonces cuando divisé a Don Francisco. ¡Siiii... Don Francisco en vivo y en directo! El famoso e insuperable animador de televisión estaba a 20 o 30 metros de distancia. Se había bajado de su camioneta, que estaba cargada de pantalones, chaquetas y oreas prendas de vestir. Mientras esperaba su turno comenzó a pasearse distraídamente por los alrededores. Llevaba en sus manos un enorme sanwich, parecido a esos gigantescos emparedados de tres o cuatro pisos que se sirven en los cafés de Buenos Aires... Sin darse cuenta, se fue aproximando a la camioneta. De pronto detuvo su marcha y me miro con fijeza. Luego, avanzó sin quitarme los ojos de encima. Dejó de masticar. Apuro el paso y, colocándose frente a mí, me dijo con angustia y con cariño --¡Gato, por Dios ...! ¿Qué haces aquí? –Me llevan a Antofagasta. --¿Así?’—agregó atónito, mirando las amarras de mis pies. Me dio la impresión que quería alargar sus manos para saludarme. . Le dije: --No puedo responderte, tengo las manos amarradas. --¿Pero por qué?. Dirigiéndose a los conscriptos, les preguntó. --¿Por qué lo amarran?. Si el “Gato” no es peligroso...nunca ha hecho mal a nadie. Además lo conozco. ¿Cómo le convido sandwich?¿Cómo le convido cigarrillos?
–El Teniente ordenó amarrarlo... ¡Desamárrelo no más! Déjeme saludarlo. ...!Yo le explico todo al teniente! Todavía no puedo entender cómo Don Francisco resultó tan convincente para que uno de ellos me soltara las amarras. ... Regresó el teniente y don Francisco salió a su encuentro y conversó con él. Luego volvió a mi lado y se despidió. Estrechó mi mano y palmoteó suavemente mi espalda! “ El relato termina así: “El teniente se dirigió a los guardianes: --¡Dejen desamarrado a este huevón!”“!Si quiere fumar, que fume!”
Jorge Bravo Tesseo
Abogado

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Felicitaciones por la iniciativa. Estamos con el Gato y confiamos que le den el Premio Nacional de Periodismo por la unanimidad.
Un periodista de la trayectoria de Alberto se lo merece. Además que es una persona transversal, que no guarda odios ni rencores, a pesar de lo que pasó durante la dictadura.

Francisco Larenas B.

Anónimo dijo...

¡Puchacay, don Jorge! El libro "Un viaje al infierno" se distribuyó con la revista HOY, cuando el diario La Época no era siquiera una idea, menos un proyecto.

Saludos

Anónimo dijo...

Buenas noches necesito a la brevedad conseguir el libro "Un viaje por el infierno" para enviarlo de regalo a un amigo especial, favor responder a la brevedad al correo larayaj@gmail.com

ines dijo...

estoy leyendo el libro, una amiga tenía los tomos originales no se los presta a nadie aí es que le estoy sacando fotocopiaa, ya fotocopié el tomo 4, pero me falta fotocopiar el 1 y 2; pido perdon por aquello pero para mí era la única forma de obtener este tesoro.
El gato de mirada verde escribe con sinceridiar pero sin odio ni rencor.Gracias por la oportunidad de compartir....mi correo
inesmacarena@gmail.com