BLOG DE CULTO EN RECONOCIMIENTO A MANUEL ALBERTO GAMBOA SOTO. SI, AL “GATO” GAMBOA. PERIODISTA DEDICADO POR MAS DE SEIS DÉCADAS AL PERIODISMO...NUESTRO QUERIDO “GATO" GAMBOA.

martes, 14 de julio de 2009

TODAS LAS VIDAS DEL "GATO"

Fue director del diario “Clarín” por doce años. Ese que decía “Firme junto al pueblo”, que lo llevó a estar preso varias veces y presente en los más diversos procesos de la historia chilena, hasta que llegó la dictadura y fue sistemáticamente torturado. “Me tenían de casero”, cuenta. Mientras, el escritor Francisco Mouat ya cerró tres meses de conversaciones con el “Gato”, que se transformarán en un libro.
Ostenta, terriblemente, el récord de haber sido la persona más torturada en el Estadio Nacional, luego del golpe militar de 1973, año en que cumplía medio siglo de vida. Hizo periodismo antes que proliferara la carrera como la maleza y conserva el Nº 11 en los registros del Colegio de Periodistas.

Alberto "Gato" Gamboa se crió en Providencia, estudió en la Escuela Primaria Nº 48 y después en el Liceo Lastarria.
Su primer trabajo fue de jardinero durante cinco años. "En una casa donde tenían cinco hijos, las cinco mujeres. La primera labor fue regar, sólo iba a regar, después metí las manos en el jardín", dice y muestra de entrada su pasión por las mujeres y la manera directa de hablar.
"Un profesor del Lastarria me mandó a trabajar con el periodista deportivo, el español Isidro Copino, en la revista Ercilla. Y nos mandaba a los estadios, por esas notas recibí mis primeros pesitos del periodismo. Luego quiso que siguiera, pero en la sección de reportajes".
Mientras, estudiaba Derecho, pero no terminó, porque se metió en el centro de alumnos y luego de una toma lo echaron, pero sí se tituló, del ex Pedagógico, en Historia y Geografía.
De Ercilla emigró a Última Hora, donde trabajó en la sección crónica. "Y no me di ni cuenta y ya era director. Luego me fui a La Gaceta, diario sacado para impulsar la candidatura de Eduardo Frei Montalva". En La Gaceta Gamboa conoció a Darío Sainte-Marie (más conocido como Volpone), quien fue el creador de Clarín, en la década del 50, diario que se caracterizaba por pegarle palos a medio mundo, por sus títulos ácidos, directos y chuchetas, que lo llevaron a temblar en varias ocasiones, con múltiples querellas a su director. Su último número apareció el 11 de septiembre de 1973.
Gamboa trabajó primero en la parte policial, después fue jefe de informaciones, y luego director durante doce años hasta que lo cerraron. Toda la clase política desfilaba por el diario.

-¿Podría haber sido político?
-Siempre he estado muy cercano a la política, pero me apasionó el periodismo. ¡Y es mucho más entretenido ser periodista que político!

LA TÍA CARLINA Y ALLENDE
Gamboa, el "Gato", tiene los ojos verdes e iluminados. Su voz es fuerte, la de un fumador que ya no fuma. Está delgado. El año pasado fue operado del estómago y ahora una rodilla lo jode. "Más o menos pa’arriba", dice riéndose cuando se le pregunta por su diagnóstico. Sin embargo asegura que "Mano de Gato", el nombre de su columna en La Nación, volverá.
El autor del libro testimonial "Un viaje por el infierno" también fue un notable redactor de consultorios sentimentales. En el Clarín revivió al Doctor Jean de Fremisse y fue el Doctor Cariño en La Cuarta (llegó a ser subdirector), donde sus respuestas eran certeras y directas para las acongojadas señoras de Chile: "Deje tranquilo a la cochinada de marido que se gasta".
Parte, durante décadas, del equipo periodístico de La Nación fue uno de los maestros en la creación de títulos del Fortín Mapocho. El más reconocido, "¡Corrió solo y llegó segundo!", salido luego del plebiscito de octubre de 1988. "Ese titular recorrió el mundo. Durante un mes un grupo de periodistas extranjeros estuvieron entrevistándome".
Pero Clarín fue la joyita, con sus noticias políticas, crónica roja, farándula y deporte. Tan influyente que podía elegir presidentes y mandar a ministros para sus casas. El diario que llegó a vender más de 220 mil ejemplares al día.
"En deporte implantamos las notas que se tenían que hacer al equipo ganador y al perdedor con fotos y declaraciones incluidas. Y ahí salían en el camarín casi en pelotas los jugadores dando declaraciones. En una que recuerdo muy buena, era de Carlos Caszely saliendo de la ducha. Al otro día la tiramos a página entera", dice y cuenta que después de un mes el diario dobló las ventas los días lunes.
Por injurias Gamboa estuvo detenido por lo menos diez veces y una durante un mes en Capuchinos. "Incluso Juan Hamilton, que éramos amigos, se querelló. Al salir siempre había gente esperando, aplaudiendo y así nos íbamos caminando por las calles. Eso sí, nunca se me va a olvidar cuando la esposa de un senador de apellido Ampuero, me vio y me tiró un escupo en la cara. ‘Muchas gracias’, le dije y me fui".
El "Gato" recuerda cuando en 1970 Clarín apoyó a Salvador Allende contra Jorge Alessandri en las elecciones. "Había que joderle la paciencia a Alessandri. Y un día iba caminando con un fotógrafo del diario por calle Moneda hacia el Café Haití, y al pasar veo saliendo de un cine a Alessandri. Nos quedamos mirando, y sacó las llaves de su auto y trataba de achuntarle a la chapa, pero estaba tiritón ¡No le apuntaba nunca! Y el fotógrafo le tomó la foto ¡Buenísima! Ahí había un tesoro, que sirvió para la portada. Bueno, saqué querella".
En el ámbito policial recuerda que "los tiras" los llamaban para cubrir lo que iba a suceder. "Una vez hubo un allanamiento donde la Tía Carlina, casa de putas muy famosa. Nosotros estábamos dateados, y los fotógrafos estaban adentro del local antes que llegara la policía. ¡Las minas lloraban! Se llevaron presos a unos cuantos, quedó la escoba, y todo eso salió en el diario". "Presa la Carlina", fue el título al día siguiente.
Ya en la Unidad Popular dice que a Allende le paró el carro. "Pasaba metido en La Moneda y una tarde conversamos en su oficina y me dijo ‘Mira, Gato me interesa sacarle más provecho al diario’. Yo le dije: ‘Lo que quieras pero no me vas a decir lo que tengo que hacer’".

AMOR TORTURADO
La conversación sigue. Han pasado dos horas y el hombre tiene la memoria de un elefante. Cruza historias, junta personajes, mientras en un mueble a su lado, un desfile de gatos de adorno lo acompaña.
Alberto Gamboa fue detenido el 19 de septiembre de 1973. Llevado al Estadio Nacional, convertido en un campo de concentración, estuvo desde septiembre a noviembre.

-¿Y cómo superaba sicológicamente las torturas?
-En una oportunidad regresé a los camarines, desde el velódromo donde nos torturaban, en andas, tapado en frazadas, porque no podía caminar. Me tenían de casero. Tuve fuerzas porque adentro todos éramos iguales, pero sin querer fui asumiendo cierto liderazgo. Por ejemplo había varios que querían suicidarse, ahí había un trabajo que hacer. Y claro venían también los milicos a joderme a mí, porque era director del Clarín, pero bueno si te cagái de susto hasta ahí no más llegaste.

Del Estadio Nacional se lo llevaron en avión a la oficina salitrera Chacabuco (a 110 kilómetros de Antofagasta). Estuvo casi dos años. "Ahí nos sacaban la cresta con cierta velocidad. Nos apaleaban de repente. Y bueno, el castigo singular. En medio de una cancha de fútbol instalaron un fierro grande con cadenas, donde te amarraban y tenían todo el día sin comida ni agua. Yo fui elegido tres veces".
Gamboa no quiso irse al exilio. Previo al golpe militar su hijo mayor había egresado de la Escuela Naval. "No partí al exilio porque ingenuamente pensé que los milicos iban a estar poco tiempo", y así se fue a vivir a una parcela en El Arrayán. Para sobrevivir fue jornalero en la construcción de un tramo del Metro de Santiago. Su labor consistía en acarrear materiales en una carretilla.

-Pero de todo el infierno, ¿algo que rescatar?
-Dentro del Estadio Nacional armaban unas casetas donde metían a los presos con una frazada y sin comida. Mientras, las mujeres estaban ubicadas en el sector donde está la piscina del estadio, y unas dirigentes las trajeron a estas casetas para aislarlas. Me hice gran amigo de una mujer que hermosamente cuando se fue me dio un beso. Luego yo partiría a Chacabuco. Cuando nos íbamos, las presas estaban en la esquina de la piscina levantando flores. Y ahí estaba mi amiga, y le dije a uno de los milicos que me diera permiso para ir a despedirme de ella. Así fue y me regaló una rosa, un beso de despedida y me dijo que tuviera fuerzas. Nunca más la volví a ver. Nunca supe su nombre.

-¿Dónde estaba cuando murió Pinochet en 2006?
-Me encontraba en Algarrobo junto a mi amigo periodista Sergio Campos. Fue una sensación de alivio. "Menos mal que se murió este viejo conchesumadre", fue la frase que nos nació.

-¿Y usted le tiene miedo a la vejez?
-Hasta el momento no. Me hago el huevón.

“EL ROTAJE SIEMPRE HA SIDO ARRIBISTA”
-¿Le gusta “The Clinic”? (Su eslogan “Firme junto al pueblo” fue tomado del que usaba el diario “Clarín”).
-Lo que pasa es que el Clarín aparecía todos los días, y por lo mismo no te puedes transformar en el “Toni”. Una vez a la semana sí, pero no todos los días. El The Clinic no es malo, pero hay un proceso selectivo que yo agudizaría.

-¿Y cómo ve el periodismo actual?
-Malo, porque no hay variedad. Ahora creo que las escuelas de Periodismo tiran a los cabros a la pelea sin prepararlos mucho, pero bueno a ellos les interesa ganar plata.

-¿Y le gusta la irrupción de Marco Enríquez-Ominami?
-Quiere incentivar a la gente joven, pero no lo ha logrado, porque muchos se dan cuenta que “con qué ropa”. Creo que él se precipitó. Y no vamos a hablar del Partido Socialista, donde están haciendo puras embarradas.

-Pero sí usted es “freísta”.
-Lo que pasa que a Eduardo Frei lo conozco de cabro (de cuando jugaba a la pelota en La Moneda), porque conocí mucho al papá. Me lo topé el otro día y me dijo que viajaría a regiones. Le dije que se olvidara de esa huevada de Océanos Azules. ¿Quién sabe que son los Océanos Azules?

-Usted también es amigo de Sebastián Piñera.
-Así es, pero es muy comadrero, pero comadrero no pesado. Además, que nuestro rotaje siempre ha sido arribista, y que llegue Piñera a una población a tomar desayuno y a sacarse fotos, ¡la gente se vuelve loca!

(Por Javier García / La Nación Domingo / 12 de Julio de 2009-07-14)

viernes, 8 de mayo de 2009

FRANCISCO MOUAT Y EL GATO

Llevaba un tiempo masticando la idea de hacer un libro de conversaciones con él, hasta que un día me decidí y lo llamé: “‘Gato’, juntémonos a un café y te propongo una idea”. Alberto “Gato” Gamboa andaba medio desocupado y nos reunimos esa misma tarde en un boliche del centro. Ahí le conté que quería que grabáramos una serie de conversaciones, charlas que acabaran en un libro en donde nos paseáramos libremente sobre el periodismo, la vida, Clarín y Volpone, los mejores titulares, sus años de prisionero después del golpe, cuando fue obrero en el metro, por qué se quedó siempre en Chile, los consultorios sentimentales y todo lo que se nos fuera ocurriendo en el camino. Tenía en mi cabeza, entre otros tantos ejemplos, ese desarticulado pero entretenido libro de conversaciones entre Carlos Olivarez y Jorge Teillier. Pensaba, y pienso ahora con mayor razón, que el “Gato” se está poniendo viejo y un día sus historias y su mirada se convertirán en polvo y olvido. ¿Hay alguien que pueda contar esas historias mejor que él mismo? El “Gato” no se demoró nada en decir que bueno.
Las primeras reuniones de trabajo han sido leves y breves. Nada de grabadoras todavía: conversación distendida, café con pan de pascua en el living de su casa, revisión del archivo de recortes que María Estela, su mujer, guarda con celo.
Al “Gato” todavía le gusta hacerse el duro, pero muestra la hilacha bien rápido: está convertido en un caballero dulce y cariñoso, bien distinto a cuando era director de Clarín y tenía que ir a Capuchinos acusado de injurias por los enemigos políticos del diario. Una vez entrevisté al viejo socialista Oscar Waiss, que casualmente estuvo preso con el “Gato” en el Estadio Nacional, y se moría de la risa recordando cuando tenía que defender como abogado las causas por injurias que abrían en contra de Gamboa y sus periodistas por pasarse de revoluciones, sobre todo en los titulares del matutino.
El “Gato” era una madre para titular. Cuando en la primavera de 1968 vino la reina Isabel a Chile y se paseó en un auto descapotable con Frei a su lado, Gamboa mandó al diablo el protocolo y despachó una primera plana comentando las buenas piernas de la reina: “La Chabelita es liviana de sangre: tiene buenos choclos”. Los ingleses le mandaron una carta al diario, quejándose elegantemente de la portada: “Fue una reclamación muy tierna”, comentó después el “Gato”.
En la tapa de Clarín alternaban noticias políticas, crónica roja y farándula popular. Octubre de 1971: “En el cine King violaron a una lola y le echaron la culpa al malo de la película. Los acomodadores son los malvados. Dejaron grave a espectadora que se quedó dormida”. Ese mismo día, con letras más pequeñas, otro titular decía: “¡Si lo pillo en el infierno, lo vuelvo a matar”. 10 de septiembre de 1973, último ejemplar de Clarín disponible en la Biblioteca Nacional: “María de los Ángeles, novia de Caszely: Carlos es un amor. Es caballero, muy hombre e inteligente”.
Uno de los titulares que quedará en la historia lo inventó el “Gato” en el Fortín Mapocho un mes después del plebiscito de octubre de 1988: “¡Corrió solo y llegó segundo!”. En las semanas siguientes a esa edición el diario se llenó de corresponsales extranjeros que querían entrevistarlo: “Ese titular fue la gran conquista de un grupo de reporteros aventureros y atorrantes”, contó.
La mirada del “Gato” es irónica, descreída. No compra ni vende pomadas. ¿De qué te reís tanto?, me preguntó el otro día, cuando yo revisaba algunas de las entrevistas que le han hecho. De esta frase tuya, le contesté, una que apareció en la revista “Ya”: “El rotaje nunca ha sido muy derecho”. Lo decía a propósito de esos años en que trabajó como obrero del metro y convivió con muchos de ellos, en tiempos de mucho miedo. Aventajado redactor de consultorios sentimentales, Gamboa revivió al doctor Jean de Fremisse en Clarín y al Doctor Cariño en La Cuarta. En sus cartas-respuesta usaba expresiones como “popín pelao, ojitos blancos, pechocha y perra choca”.
De vuelta de vacaciones empezaremos con las grabaciones. El libro debería llamarse Conversaciones con el “Gato” Gamboa, y confío en que estará listo antes de fin de año. Así sea.



(Publicado en http://blogs.elmercurio.com/revistasabado/2009/02/07/el-gato-gamboa.asp )

lunes, 4 de mayo de 2009

Pensamientos del Gato


En su despacho en la sala de crónica del diario La Nación, Alberto “Gato” Gambo brinda una conversación en torno al tema de la libertad de expresión, el periodismo, la política, Clarín y su experiencia; todo enmarcado en diferentes contextos históricos de nuestro país. Con su particular visión de los medios de comunicación y la tarea incumplida de éstos por la exclusión de amplios sectores de la sociedad, el “Gato” sentencia que uno de los caminos para el desempeño de un periodismo más libre y comprometido con las personas es dar cabida a “los sectores populares”.
Por Fanny Ng V y Francisca Palma Arriagada*

LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y DERECHOS HUMANOS

-¿Qué es la libertad de expresión?
Para mi la libertad de expresión es contar las cosas que ocurren tal como son. Es simplemente ceñirse a lo que ocurre. Entonces yo creo que eso es una especie de esencia. Tú lo puedes ir matizando, lo puedes ir acomodando, pero en resumen, lo fundamental es que la noticia la das como existe, como es, no como te guste a ti, o como le guste a la empresa. Ahora eso es más difícil de conseguir. Pero yo creo en un periodo periodístico que era mucho más intenso que ahora. Esas normas se observaban tanto en diarios de izquierda como de derecha. Y en esa escuela nací yo, y en esa escuela creo que voy a terminar.

-¿Cómo se mueve la libre expresión en Chile?
Yo creo que bien hasta el momento, con algunos matices de repente, algunos tiempos de influencia de tipo político, tanto de derecha como de izquierda, pero yo creo que en resumen el periodismo chileno debe ser uno de los más libertarios que existen.

-¿En comparación con que países?
Mira, por ejemplo si queremos comparar un país que está en edad libertaria que yo admiro mucho, como es el de Chávez, las diferencias son grandes. Yo estuve también un tiempo relegado voluntariamente en Venezuela y me di cuenta de que la expresión periodística allá no era la nuestra, que la nuestra es mucho más amplia, mucho más libertaria, tenemos muchas más posibilidades de contar lo que realmente existe, sin variar nada. En cambio allá había que ceñirse a algunos cánones, algunos reglamentaciones.
-Entonces, en ese aspecto ¿la libertad de expresión no está sometida bajo los Gobiernos acá en Chile?
Tengo entendido y sueño con que sea así.

-¿En qué se relaciona la concepción democrática del bien común con la libertad de expresión?
Yo creo que son dos cosas que tienden a ser muy unidas. O sea, no puedes tener democracia si no tienes libertad de acción y expresión, o viceversa, no puedes tener libertad de acción para contar lo que realmente ocurre si no hay democracia. Entonces son dos cosas que quieras o no quieras van marchando juntas, dando unos corcoveos que pueden suceder. Depende de las circunstancias políticas, pero en el fondo yo creo que eso es la esencia.

-¿Considera usted que existe consenso social respecto a lo que son y como están regulados los derechos humanos?
Mira yo creo que esa es una discusión para largo. Yo creo que los derechos humanos deberían ser absolutamente libres, sin ningún tipo de cortapisa, pero esa es una idea un tanto romántica, porque la vida normal, la vida política en el país también tiene algunas condiciones que hay que observar.

-Pero la gente en general ¿sabe lo que son los derechos humanos o tiene conciencia con respecto a lo que son?
Yo creo que sí. En los periodos difíciles que ha pasado Chile del punto de vista político, sobre todo en dictadura, la gente adquirió mucha conciencia sin que se la enseñaran, sino que de acuerdo con la vida.

CONTEXTOS PERIODÍSTICOS EN CHILE
-¿Esta sociedad actual es diferente a la de 30 años atrás?
Ha cambiado, tiene otros matices, otras inquietudes y otras finalidades. Yo creo que los periodistas jóvenes tienen un sentido más libertario que antes, por lo tanto el marco se les amplía. Antes era más difícil. Yo te digo también en ese tiempo que yo empecé a hacer periodismo, el periodismo del año 58, 70, estaba más en manos de la derecha absoluta.

-¿No tenían espacio ahí?
Claro, pero nunca se echó un pie atrás, se lucho internamente, y yo creo que ese avance, ese progreso amplio sobre las libertades, sobre los pensamientos, es una conquista que los mismos periodistas no han evaluado como corresponde ni le han dado la importancia que tiene. Y yo creo que ha sido bien vital.

-Leyendo las páginas de Clarín, específicamente sus últimas ediciones, encontramos en ellas una serie de terminologías y reacciones que de manera clara iban en desmedro de opositores de la línea editorial de ese diario. Además, reconociendo el atrincheramiento determinado por el contexto, ¿considera que se abusó de la libertad de expresión en ambos bandos al insinuar rivalidades y utilizar improperios?
No fíjate, yo creo que eso de que el diario Clarín estaba lleno de improperios me parece que lo están exagerando. Yo creo que en el contexto en que apareció Clarín, y no solo Clarín sino también Puro Chile, Última Hora, El Siglo que eran diarios de izquierda, había ya una lucha más abierta con los diarios de derecha, por decir El Mercurio, Las Últimas Noticias, La Segunda, la misma Tercera, pero en el fondo eso existió siempre. A veces atenuado, otras veces sobresaliendo, pero creo que en eso fue bien importante.
Periodistas con ciertas ideas libertarias no sólo estaban en los diarios de izquierda, sino que estaban metidos en los diarios de derecha también. Entonces se produjo en esos años, una especie de reencuentro que no aparecía en las páginas de los diarios pero que aparecían en los lugares en que comíamos juntos o en que nos encontrábamos en la noche, como el Bosco, un restaurant muy famoso. Era uno de los lugares de reunión no sólo de los literatos, escritores, poetas, artistas, sino que también empezaron a llegar los periodistas. Porque era un lugar de convivencia muy normal, muy entretenido donde tu puedes alternar, discutir y tomarte un trago con un gallo que era del Mercurio.

-¿Se creó una relación paralela?
Una relación paralela que fue buena fíjate, porque en todo caso, te permitió también cierta fraternidad en los diarios, que yo creo que ni los muy izquierdistas ni los muy derechistas lo deseaban. Se fue produciendo un fenómeno curioso.

-¿Ese debate pasó igual a las páginas con el lenguaje que se utilizó en los momentos más tensos?
Mira yo creo que los lenguajes obedecen a las costumbres de la gente, del pueblo, porque por ejemplo tu no puedes llegar con un lenguaje demasiado fino, y demasiado culto, una cultura saliendo por todos los poros si lo vai a vender en San Miguel, en esa época.

-¿Entonces la finalidad de usar ese lenguaje iba más por ese lado?
Claro, un poco que te entendieran más fácilmente. Que llegaran los mensajes o las noticias con más facilidad. Que no te costara tanto interpretarlo, sino que simplemente te dieras cuenta al tiro de los que estaba ocurriendo. Ahora, se cayeron en exageraciones, puede ser. Clarín nunca fue un diario pornográfico, como otros que recurrieron a esa cosa. Clarín siempre utilizó la originalidad, la chispa. Una picardía chispeante, que te agarraba al tiro porque la mejor manera de conquistarte al roto es hablando su lenguaje con chispa, y eso nosotros lo agarramos en Clarín y también en otros diarios.

-Volviendo al tema del atrincheramiento de los diarios en ese tiempo, ¿fueron responsables de algo los medios de la creación de un contexto tan denso?
La cosa política en ese tiempo, no era como la política actual, era una política más combativa, o sea tanto los partidos de izquierda como los de derecha, defendían la no intromisión de los partidos de izquierda que se metían a agarrar gente en las poblaciones. En ese tiempo las campañas políticas se hacían en los barrios, por lo tanto también eran permanentes las visitas de los diarios.

-Y en la actualidad ¿podría ocurrir algo similar a la polarización?
Mira yo creo que en este rato eso se está alejando un poco porque nuestra querida Presidenta está en un plan de hacerse amiga de la derecha y la derecha está en un plan de hacerse amiga de la Presidenta, entonces en este rato no dejas muchos resquicios para, no te digo para enemistar, sino simplemente para hacer noticias con peso.

-Entonces ¿la materia noticiosa no da para que ocurra eso?
En este rato no, pero yo creo que es esporádica, porque el despertar político que se va a producir el año que viene con las elecciones municipales, ahí se va a encender una mecha.

-Ha presenciado numerosos gobiernos distintos. ¿Cuál ha sido el caso más grave de violación a la libertad de expresión que ha presenciado aparte de lo sucedido en 1973?
Yo creo que todo el periodo que manejo este país el dictador Pinochet, ese es el periodo más nefasto desde el punto de vista noticioso y político.

-¿Fuera de eso no hubo algo peor?
No, porque los excesos de antes eran unos pocos excesos derechistas que si uno los evoca son pintorescos, y los excesos también, o las arremetidas que hizo la izquierda. Pero yo creo que los diarios en este rato reflejan una tranquilidad, pero que más adelante van a tener que reflejar que hay ánimos de pelear políticamente. La derecha tiene que abrirse camino y la Concertación tiene que consolidarse. Entonces creo que esos son dos fenómenos ante los que hay que estar al aguaite, desde el punto de vista periodístico obviamente y del punto de vista político también.

- ¿Qué periodos del periodismo usted puede reconocer? Por ejemplo, ¿cómo era el periodismo antes del 73?, ¿cómo cambiaron las prácticas en dictadura y luego de esta?
Mira, el primer periodo de amplia libertad para informar, para discutir y pelear con los demás diarios. Había serios encontrones. Se hizo durante todos los gobiernos antes de la dictadura.
La dictadura simplemente, cuando me tocó volver a los diarios, era obedecer las líneas generales, pero sin perderle el gusto a las informaciones que podían producir remezones en la gente. Entonces éramos especialmente cuidadosos.
Una sola vez estuve preso yo en la transición por un título, pero tres días. Yo creo que la transición, la vuelta a la democracia, fue buena desde el punto de vista periodístico porque se volvieron a tener libertades, pero una libertad que estimo con cierto cuidado.

CLARÍN

-Haciendo una proyección a algunos años más, ¿qué supone usted que pasaría si Clarín entrase a nuestro sistema de prensa, volviese a circular?
Si apareciera Clarín, con todas las de la ley, sería una racha sensacional. Un boom. Los otros diarios tendrían que inmediatamente empezar a hacer un diario más popular.

-¿Entonces Clarín arrasaría si entrara de nuevo al sistema?
Yo pienso que sí. Si vuelve con las mismas características que antes, de acuerdo con el afán noticioso del momento, pero un diario amplio, que cuente todo, que no oculte nada, que sea copuchento con la verdad, con las materias que interesan, sobre todo en el ámbito popular que está descuidado. Si tú te asomas a diversas poblaciones que hay en Santiago, cada una es un mundo aparte que no se conoce. Desgraciadamente los diarios las hermanan e involucran con la delincuencia, pero sí es cierto que hay delincuencia y que hay mucha, un exceso, pero también todas esas poblaciones tienen vida propia, tienen vida de gente joven, vida de estudiantes, vida de viejas copuchentas, y vida de obreros que trabajan , entonces todo eso no se refleja en este rato. Si Clarín aparece de nuevo, se va a meter en eso, porque es obvio, además espero estar unos días cuando parta, si es que parte. Esa es la idea, sacar un diario de nuevo, muy parecido al que murió.

CONCERTACIÓN, LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y ACTUALIDAD

-Que Chile haya firmado la Declaración Iberoamericana de Derechos Humanos, ¿es discordante que tengamos el actual escenario de producción y difusión de información tan concentrado, siendo que al firmar ese acuerdo el país se compromete como Estado a respetar la libertad de expresión?
Mira yo creo que desde el punto de vista del Gobierno, ellos están muy contentos con la libertad de expresión que tenemos. En el fondo, desde el punto de vista legal es muy amplia. Pero desde el punto de vista real, de trabajar, no es tan amplia. Yo creo que en eso tiene un poco que ver los Gobiernos, pero yo creo que más bien, las empresas no se atreven a decir la verdad que existe en este momento en el país, del punto de vista de la relación humana.

-¿Está truncada la libertad de expresión por el actual sistema de libre mercado que alcanza a los medios de comunicación?
Yo creo que la libertad de expresión se trunca más bien por lo que piensan las empresas periodísticas. Se manejan un poco solos porque el Gobierno habla de que acá hay absoluta libertad de expresión, cosa que no le creo tanto, y la derecha está manejando eso en sus diarios.

-Entonces este sistema de libre mercado privilegia con la libertad de expresión a ciertos sectores…
Es decir que hay ciertos sectores que aprovechan estas condiciones, estas posibilidades y otros que no.

-¿Y qué pasa con la censura ahora en Chile?
Mira yo no vi muy fuerte la censura, hay otra censura de los propios diarios. Ellos no le llaman censura, le llaman prudencia.

-¿Pero los motivos son por intereses o por…?
Yo creo que es una suma total de cosas. Hay intereses empresariales, políticos, hay intereses de gente que se ve con posibilidades de avanzar en el marco político o en el marco periodístico y la aprovechan en beneficio personal, no en beneficio de la gente.

- ¿Es un tema incómodo para los Gobiernos de la Concertación el tener que tratar lo de la concentración de medios y la falta de voz de la sociedad?
Yo pienso que debieran dedicarle más tiempo. Nuestro Gobierno concertacionista nunca se preocupó de que debiera tener un par de órganos que reflejaran lo que piensan ellos, y que le dejaran todo el control noticioso del país a El Mercurio y a La Tercera, que en el fondo eso es lo que pasa, por que El Mercurio a través de sus tres diarios manda, sobre todo ese diario de la tarde que es muy puntudo, La Segunda. La Tercera que ha establecido una especie de imperio noticioso también que es pro derecha. Entonces la Concertación debiera tener un par de diarios reflejando un poco lo que hacen. Entonces eso produce un menoscabo, allí falló la Concertación.

-¿Y qué pasa con La Nación, por qué nadie la lee?
Porque yo creo que nuestro diario es un diario fome, que tiene noticias buenas que atañen a la visión gubernamental, pero en un país las ideas gubernamentales no son fieles a la cuestión, hay que consultar al pueblo, hay que consultar a las bases, a la población. Esa es la falla a mi juicio de este diario. En La Nación debieran reflejarse esas cosas, debiera abrirse a la población, la reacción de la gente debiera estar todos los días.

-¿Y por qué eso no se publica?
Yo creo que hay una tendencia en el periodismo, no sólo de aquí, donde no le dan la real pelota a este tipo de población, a este tipo de gente. Y no se porqué razón uno los margina, cuando tienen que tener opinión igual que nosotros, aunque de repente digan disparates o digan tonteras, no importa.

-¿Entonces ahí se puede dar la libertad de expresión?, ¿hace falta ese espacio…?
Hace falta. Pero ese espacio no está vedado. Lo que pasa es que al Gobierno no se le ocurre, falta la chispa o no lo quieren hacer.

-¿Eso será porque la mayoría de los diarios son de derecha?
Yo pienso que sí. Los diarios oficialistas como nosotros se condicionan sin ninguna razón a lo que hacen los demás. Entonces si El Mercurio no hace esto, no lo hacemos nosotros. Si La Tercera no hace esto, no lo hace La Nación.

-Con respecto al duopolio Mercurio - COPESA, ¿es responsabilidad de estos gobiernos que nos encontremos en un escenario tan concentrado?
Yo creo que los gobiernos no tienen porqué sacar diarios, pero debieran regular, promover y estimular a los diarios que son más de su tendencia, cosa que no han hecho.

-¿Y la ausencia de debate, de discusiones?, ¿cómo se puede revertir que actualmente no tengamos espacios de debate en los medios de comunicación?
Mira, es ir cambiándole el concepto a los dueños de los diarios. No creo que a El Mercurio le interese hacer discusiones a nivel popular. Lo que hace El Mercurio es recibir opiniones pero de gente que siempre está a favor de sus principios, de sus ideas.

-Con respecto a la caída de los medios atrincherados de la dictadura, como fue la revista Análisis, Apsi, Hoy, entre otras. ¿Por qué los Gobiernos de la Concertación no salvaron a estos medios?
Yo creo porque no visualizaron la importancia que tenían en ese rato. Segundo porque no hay que echarle la culpa al Gobierno sino que también a los dueños de esas empresas. No hicieron el empeño o si lo hicieron, lo hicieron mal. Pero yo creo que a nadie se le escapa que era necesario mantener algunas revistas o diarios que reflejaran un poco el pensamiento, la opinión y el camino que va siguiendo la Concertación. Entonces no hubo gente que regara capitales en eso, y en eso yo creo que no es factor político.

- ¿Pasa por una acción nula, por una omisión del gobierno...?
Yo creo que por un descuido, una torpeza política de las fuerzas de Gobierno de no visualizar eso porque es elemental. Porque si yo quiero tomar contacto con la gente, tengo que tener medios para tomar contacto. No ha sabido utilizar el contacto que tiene en mano.

EXPERIENCIA PERSONAL

- ¿En qué medio que se desempeñó usted sintió que se vivieron los valores de la libertad de expresión con mayor presencia?
Tengo un lindo recuerdo de haber trabajado en el diario La Última Hora, un diario de la tarde, de izquierda. Un diario bastante político que murió el 73. Luego, el diario Clarín, en donde ascendí a jefe. Fui 12 años director de Clarín hasta que fue cerrado. Me sentí más cómodo en Clarín por supuesto. Y después me sentí muy bien en Fortín Mapocho.

-¿Encontró trabajo en los medios después de estar detenido en la dictadura?
Yo estuve veraneando por cuenta de la dictadura en Chacabuco porque yo era director de Clarín. Estuve preso y por suerte no me liquidaron, algunos tuvimos suerte y otros no. Cuando salí en libertad de Chacabuco, que estaba en el norte, me vine a Santiago, me dejaron en libertad, yo intenté irme fuera de Chile, a Europa, y por supuesto como tenía muchas querellas pendientes como director de Clarín, no me dejaron irme. Y me quede aquí. Entonces me resigné, obviamente no iba a buscar pega en los diarios, estaban los puros diarios de derecha abiertos, quién iba a recibir al director de Clarín, habiendo estado preso además. Entonces me quedé tranquilo, me busqué peguitas por ahí divertidas, hasta trabajé en el Metro llevando las carretillas con tierra. Ahí estuve como tres meses hasta que descubrieron que yo era Gamboa y me echaron.

- Leyendo su “Viaje por El Infierno” y recordando su paso por los centros de detención de presos políticos de la dictadura militar, ¿cómo explica la paradoja de haber podido tener un boletín, un medio, en Chacabuco?
Nosotros en Chacabuco intentamos cohesionar, para explicar cómo estábamos y el futuro que teníamos, si es que teníamos, para enseñarles a los demás un comportamiento interno, que sin perder las ideas, ni tampoco las rebeldías, las encausáramos para poder vivir sin peligro. Y eso de consiguió ahí. Entonces internamente no podías estar todo los días dando conferencia de prensa casa por casa. Se descubrió que había que tener un organismo en las murallas que contara cosas. Entonces hicimos un diario mural exitoso. Se fue armando un diario interno para juntar a la gente. No tengo la certeza, pero creo que no hubo lugar de reclusión o de detención más firme, más convencido, más sólido en su parte interna, para defenderse de los atropellos.

- ¿Los militares nunca lo leyeron, nunca lo sacaron?
Lo leían todo el día. Lo que nunca hicieron fue retirarlos, de modo que eso te reverla que nosotros lo hacíamos bien. Buen lenguaje, sin ser insolentes, sin ser agresivos.

- ¿Se le ha impedido alguna vez publicar algo?
Yo pienso que sí. En Fortín Mapocho hubo un momento en que nos mandaban una especie de inspector a mirar la primera página. O sea, hacíamos las primeras páginas a las 10 y media de la noche y llega un inspector, las miraba. En plena dictadura, y de repente decía "esto no".

- ¿Y sólo la primera página?
Miraba un poco para adentro pero no; fundamentalmente se metían en primera página. Ahora, cuando no les gustaba un título, la primera vez que pasó, después no lo hicieron más porque nosotros hicimos una diablura una vez, me acuerdo. Una vez nos tachó un título el inspector. "Lo de primera no va". Entonces se me ocurrió hacer la primera página sin el título. Dejamos el espacio en blanco. Salió, se vendió, pero al otro día el inspector vino y me dijo que no se podía hacer ese tipo de cosas.

- ¿En qué circunstancias ha sufrido presiones del poder político o económico?
En dictadura muchas veces, desde el punto de vista político. Económico no.

Perfil de un Gato
Manuel Alberto Gamboa Soto nació en la comuna de Providencia en Santiago. Estudió dos carreras simultáneas: Derecho y Pedagogía en Historia y Geografía. Se tituló de profesor y comenzó a trabajar como reportero deportivo. El “Gato”, como es conocido, es periodista de oficio y no de profesión. A pesar de aquello, grandes hitos atraviesan su vida, como el titular “Corrió solo y llegó segundo” de Fortín Mapocho después del plebiscito. El “Gato” carga 60 años de prácticas periodísticas, y actualmente es columnista de La Nación.

El Péndulo del Gato

-LIBERTAD DE EXPRESIÓN: ojalá siga
-DEMOCRACIA: que bueno que nos acordemos de ella
-ABUSO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN: nunca se van a acabar los abusadores
-EL CLARÍN: diario que ojalá saliera nuevamente
-GOLPE MILITAR: no me acuerdo de las cosas malas
-CHACABUCO: un periodo de opresión que fue como de liberación
-RECONCILIACIÓN NACIONAL: sería bueno
-MEDIOS INDEPENDIENTES: no hay en estos momentos
-CONCERTACIÓN: ojalá cure sus heridas y viva
-ESCUELA DE PERIODISMO DE LA UNIVERSIDAD DE CHILE: necesita varias reformas y sobre todo, espíritu de periodistas, no espíritu de funcionarios
-REVOLCUCIÓN PINGUINA: todavía la celebro
-DIARIO QUE LEE: los leo todos
-JUVENTUD ACTUAL: linda juventud pero tienen unas metas que no sé a qué conducen.
Agradezco la colaboracion de http://www.chilesapiens.blogspot.com/